Ficheros de morosos, una lista negra de la que se puede salir

Los ficheros de morosos siempre han tenido ese ‘halo’ oscuro, como de sentencia irrevocable: una vez que una persona o empresa ha caído en uno de estos ficheros, su suerte ya está echada. Pero más allá de esa leyenda urbana, de los ficheros de morosos se puede salir y, de hecho, no debería ser un proceso especialmente complejo. Pero primero, vamos a repasar qué son estas listas de morosos y cómo afectan a quien está en ellas.

Las repercusiones de figurar en una lista de morosos

En buena medida, los ficheros de morosos surgieron como una herramienta de utilidad para las entidades bancarias, que pueden consultarlas para saber hasta qué punto es seguro prestar dinero a una determinada persona o empresa. Desde luego, figurar o no en una de estas listas no es el único criterio que baraja un banco para prestar dinero, pero un solicitante puede estar seguro de que, si su nombre aparece en uno de estos ficheros, va a tener muy difícil que cualquier entidad le conceda un préstamo o crédito.

Es decir, figurar en una lista de morosos equivale a no poder acceder a, prácticamente, ningún tipo de financiación bancaria. Además, estar ‘fichado’ como moroso también dificultará enormemente contratar servicios como luz, agua, gas o telefonía, por mencionar solo los más comunes.

Caer y salir de una lista de morosos

Para ser registrado en un fichero de morosos no hace falta ni tener una gran deuda pendiente ni que esta se haya prolongado por mucho tiempo. La Ley Orgánica 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal, que es la que regula la listas de morosos en España, especifica que para poder ser inscrito en uno de estos ficheros la deuda debe llevar vencida, al menos, cuatro meses. Del mismo modo, la cantidad de la deuda no es un factor a tener en cuenta, así que una persona puede ser inscrita tanto por una factura pendiente de 1 euro como por una de 5.000 euros.

No obstante, la inclusión de una persona física o jurídica en una lista de morosos no es algo instantáneo, sino que sigue un proceso en el que uno de los últimos pasos será la notificación, mediante correo certificado, de la cantidad exacta de dinero que se debe y durante cuánto tiempo lleva vencida la factura.

Cuando una persona física o jurídica es inscrita en un fichero de morosos, el responsable de dicho fichero debe avisar en un periodo máximo de 30 días sobre esta situación. Es en esos primeros 30 días cuando el deudor tiene la oportunidad de saldar su deuda y que su nombre no quede asociado a una lista de morosos. Es la última oportunidad de evitar las negativas repercusiones de ser un moroso ‘oficial’.

De no ser así, se pasará a formar parte del registro de morosos y el acceso a la financiación bancaria quedará prácticamente anulado, así como la capacidad de contratar un buen puñado de servicios.

Ante esta situación, lo más rápido y sencillo para salir de un fichero de morosos es pagar la deuda. Tras abonar el dinero que se debe, los responsables del registro de morosos consultarán con la empresa que exigía el pago y si esta confirma que ha recibido el dinero, se borrará al deudor de la lista en un plazo máximo de 30 días.

Cuando no se está de acuerdo con la deuda

¿Y qué ocurre cuando no se está de acuerdo con la deuda que se asigna? Aquí es donde entra en juego la Agencia Española de Protección de Datos –AEPD-, a la que hay que recurrir para denunciar la situación. La web de la AEPD tiene un apartado específico para este tipo de casos, que no son del todo infrecuentes y que en los últimos años han aumentado.

Cabe añadir que en España solo se puede estar registrado en una lista de morosos un máximo de seis años por un mismo impago. Pasado este tiempo, los datos del moroso deberán ser borrados de la lista, aun cuando no haya pagado la deuda.

Las listas de morosos más importantes

En España existen más de 100 compañías que llevan registros de morosos, aunque hay varios ficheros que son referentes de consulta tanto para entidades bancarias como para empresas de servicios como los ya citados de luz, agua, gas o telefonía. Posiblemente la más importante de todas sea ANSEF, la lista de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito; otra lista es RAI, el Registro de Aceptaciones Impagadas. También es de relevancia BADEXCUG, un listado que regula la empresa EXPERIAN.

Sí es importante aclarar que el CIRBE, la Central de Información de Riesgos del Banco de España, no es un fichero de morosos, sino una base de datos en la que quedan reflejados todos los préstamos de más de 6.000 euros. Este registro funciona, sencillamente, como una manera de conocer el nivel de endeudamiento de posibles clientes.

En resumidas cuentas, entrar en una lista de morosos supone un varapalo importante para la capacidad financiera y de contratación de servicios de cualquier persona o empresa, pero no es ‘el fin del mundo’. Pagar la deuda o reclamar a la Agencia Española de Protección de Datos en caso de que no se esté de acuerdo con el registro, son las dos principales alternativas a las que se puede acudir.

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