Muchas pymes tienden a subcontratar las labores administrativas y contables de sus empresa a expertos en el negocio como gestorías y asesorías financieras, lo que puede llevar a muchos de estos empresarios a desconocer determinada terminología contable y financiera. Pensando en estas personas nos hemos decidido a explicar en este post qué son las cuentas anuales.
Las cuentas anuales son los estados financieros que deben elaborar obligatoriamente las empresas constituidas como sociedades al final de cada ejercicio económico con el objetivo de proporcionar información sobre su situación financiera y económica.
¿Qué estados financieros componen las cuentas anuales?
Toda empresa está en la obligación de incluir dentro de las cuentas anuales cuatro estados financieros: el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto y la memoria. Para algunas compañías grandes es también obligatorio presentar el estado de flujos de efectivo, pero para la gran mayoría de las empresas este documento es voluntario.
Las cuentas anuales deben depositarse en el Registro Mercantil dentro del mes siguiente a su aprobación, con el fin de que cualquiera que lo desee pueda acceder a ellas. Eso sí, en el caso de los empresarios individuales, la presentación de estas cuentas es voluntaria. El objetivo último de las mismas es dar publicidad a la situación económica y financiera de la empresa, así como a los resultados obtenidos durante el ejercicio.
La legislación española contempla dos modelos de cuentas anuales:
– Modelo normal: es el más amplio, pues presenta un mayor desarrollo de los distintos apartados. Su uso está reservado en general para las empresas de gran tamaño.
– Modelo abreviado: es un modelo más simple que podrá ser utilizado por aquellas sociedades que reúnen ciertos requisitos. Está pensado para simplificar trámites.
¿Cómo debe ser la información contenida en las cuentas anuales?
La información contenida en las cuentas anuales de cualquier empresa ha de cumplir cinco características:
1. Comprensible: teniendo en cuenta que la información va dirigida a usuarios de diversa índole, como gestores de la empresa, accionistas, acreedores, empleados, administraciones púbicas o bancos, esta deberá ser fácil de entender por personas que no son especialistas en la materia.
2. Relevante: en la medida de lo posible hay que evitar incluir información que no sea verdaderamente significativa e importante, para así evitar un exceso de datos que iría en contra de la característica anterior.
3. Fiable: como es lógico, hay que asegurarse de que se puede confiar en las fuentes de las que procede la información, así como en las personas que la han registrado. De esta forma, nos aseguramos en la medida de los posible de que no contenga errores, o al menos el menor número posible de ellos.
4. Comprensible: la presentación de los estados financieros debe hacerse lo más homogéneamente posible, tanto para la misma empresa en distintos momentos del tiempo como para empresas diferentes. De este modo será posible establecer comparaciones en el tiempo y entre empresas distintas. El seguimiento fiel de las normas contenidas en el Plan General de contabilidad contribuye en gran medida a lograrlo.
5. Oportuna: de nada sirve presentar una información que cumpla todas las características anteriores pero que llegue demasiado tarde. Es fundamental que esta información llegue a los usuarios en el momento en que la necesitan.
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