Una combinación de negocios se produce cuando una empresa adquiere el control de uno o varios negocios. Esa combinación tendrá un coste para la empresa que adquiere el control de uno o varios negocios. El fondo de comercio es el exceso que supone ese coste sobre la diferencia entre el valor razonable de los activos identificables adquiridos y los pasivos asumidos.
Es decir, se trata de una parte del valor de la empresa que se paga pero que no se puede adjudicar individualmente a ninguno de los activos que aparecen en la contabilidad. Normalmente se trata de elementos que no tienen una valoración fiable o que la empresa no puede decir que los controle.
El fondo de comercio está conformado por un sinfín de elementos que no por no aparecer en la contabilidad son menos importantes para la empresa. Veamos algunos de ellos:
La reputación
La reputación es un elemento clave en la generación de beneficios. Las empresas que tienen mejor reputación mantienen mejores relaciones con el entorno. Son, entre otras figuras, los clientes, proveedores, empleadores, prestatarios o socios preferidos, lo que se manifiesta en unos precios más favorables para la empresa y en unas condiciones más ventajosas en la contratación.
Difícilmente la empresa puede decir que controla su reputación, ya que solamente una parte de la reputación depende de sus propios esfuerzos. Otra parte depende de factores tales como la aceptación por el entorno o la existencia de alternativas.
La cuota de mercado y la clientela
La cuota de mercado y la clientela son evidentes fuentes de ingresos. Además, al permitir producir mayores cantidades, pueden ser una fuente de aprovechamiento de economías de escala.
Las características de la clientela habitual también son una importante fuente de ingresos. Que la clientela sea fiel, pertenezca a un público objetivo buscado por muchas empresas o que tenga poca propensión a los conflictos pueden ser, entre otros, factores muy valorables al adquirir una empresa
La tecnología y el know how
Comprender una determinada forma de hacer las cosas es una forma de reducir sustancialmente los costes y, al mismo tiempo, de ofrecer a los clientes nuevos productos mejorados.
Una parte del know how puede generar activos contabilizables por la empresa, como las patentes. También otra puede incrementar el valor de algunos activos mejorados por la forma en la que la empresa sabe hacer las cosas, como una planta o una maquinaria. Pero siempre existirá una parte del know how que no se puede adjudicar a ningún activo concreto.
El personal y el capital humano
El personal es una parte fundamental de la empresa. Son los trabajadores los que «ponen en movimiento» todos los otros recursos de la empresa. Contar con buenos trabajadores incrementa el valor de la empresa. Por ejemplo, esa es una de las razones por las que las empresas invierten en capital humano.
Sin embargo, los trabajadores no pueden considerarse un activo para la empresa porque la empresa no los controla.
El posicionamiento y los logros de marketing de la empresa
Situar el producto entre los clientes, que el producto de la empresa tenga un posicionamiento o cualquier otro logro de marketing puede incrementar mucho las ventas de la empresa, y con ello su valoración. Pero son elementos que se apartan del control de la empresa.
La información y los secretos industriales
Hay información que permanece en secreto en poder de la empresa. Ese sería por ejemplo el caso de una receta secreta en una confitería, una panadería o un restaurante. Esa información tiene un valor, pero en tanto no se haga pública no se puede contabilizar porque no existe la posibilidad de valorarla de forma fiable.
Los contactos
Los contactos también son un elemento que no se puede controlar, ya que en buena medida dependen de la actitud de la otra parte. Sin embargo, los contactos son una importante fuente de generación de valor para la empresa.
Por ejemplo, la diferencia entre el éxito y el fracaso de una empresa puede residir entre tener contacto con unos buenos proveedores o no.
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