Uno de los principales aspectos a atender en una empresa, especialmente en una empresa de carácter comercial, es la gestión del circulante. Hay gente que piensa automáticamente en la gestión de la tesoreria, pero en el activo circulante están también los stocks, las existencias. Y en relación con las mismas, especialmente en determinados sectores de distribución (prensa, franquicias, artículos de segunda mano, etc) no es raro recurrir a la formula de la comercialización en depósito.
Seamos claros, las existencias son una oportunidad de negocio, vender dichos productos son los que dan razón de ser a nuestras firmas. Pero las existencias son también un riesgo, un gran almacén es un gran riesgo (por mucho que sea necesario y nos acabe resultando rentable). Seamos conscientes de que se trata de dinero inmovilizado, dinero que normalmente se va depreciando por la inflación y la propia perdida de valor de los productos, cuyo almacenaje consume recursos, tiempo, nos distrae de nuestra finalidad, que debe ser vender.
La comercialización en depósito trata de obviar este tipo de problemas. En esencia, el mayorista, el distribuidor no nos vende el producto, lo deja en depósito en nuestro negocio. Dicha venta en firme sólo se realizará cuando nosotros hayamos a su vez vendido el producto. Periódicamente se liquidarán los depósitos, retirando las viejas existencia no vendidas, aportando nuevas y pagando por aquellas que hayamos vendido.
Con esta fórmula se evitan fuertes desembolsos por los stocks y se elimina el riesgo que supone la no comercialización de los mismos. Evidentemente, nos pedirán algún tipo de garantía, señal, aval,…por las existencias medias previstas, pero a cambio nos quedaremos pillados con un producto invendible. Hasta que nosotros no vendamos nuestra comercializador tampoco lo hace realmente, así que será el primer interesado en no hincharnos a producto con una salida dificultosa.
Debemos tener claro que no es una fórmula de comercialización generalizada, y que generalmente se asocia con acuerdos de distribución en exclusiva. Pero sobre todo se caracteriza en contar con márgenes comerciales reducidos (lógico, al sumir menos riesgo), además de que seguramente nuestras facultades para elegir productos, precios, etc se vean totalmente limitadas, acercándonos mucho a la figura de un comisionista.
No es extraño que algunas franquiciadoras tengan, vía online, un conocimiento permanente de las existencias en depósito en nuestro comercio y sean ellas las que decidan como las van rotando, que nos van a aportar, que nos van a quitar, etc. limitándonos nosotros a atender al público y a cobrar una comisión sobre las ventas. Difícilmente podremos desarrollar una política comercial propia.
Una versión evolucionada de esta fórmula de venta, muy usada, aunque no sólo, en internet, es el drop shipping, una versión minimalista de la comercialización en depósito. tan minimalista que desaparece hasta el depósito. El vendedor final no tiene nunca las existencias, una vez cierra la venta cursa la orden directamente a fabrica o al mayorista, que es el que envía directamente el bien al comprador.
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