Qué hacer cuando no nos pagan las facturas

La morosidad es uno de los grandes problemas de los autónomos y pymes españolas que, en muchos casos, puede provocar un gran desfase de liquidez y tesorería. De hecho, la tasa de morosidad en España ascendió hasta el 4,4% según la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM), muy lejos del 2,6% de media en la Unión Europea.

A pesar de la mejora en los plazos de cobro durante los dos últimos años,las empresas españolas todavía tardan demasiado en pagar y cobrar sus facturas. Según la PMcM, las sociedades españolas tardaron en cobrar en 2015 una media de 85 días del sector privado y de 75 de las Administraciones Públicas. Muy lejos de los 60 y 30 días, respectivamente, que establece la Ley de Morosidad.

Antes de acudir al Juzgado es conveniente que autónomos y pymes exploren otras alternativas, principalmentepor los costes añadidos que suponen la reclamación del pago por vía judicial.La primera opción conviene que sea una conversación informal por teléfono.

Correo certificado y burofax

La primera comunicación por carta será amistosa, ya que el impago puede deberse a un error o negligencia. Por este motivo, se hará un escrito formal en el que se ruegue que se abone la factura lo antes posible. Eso sí, es importante que el envío sea certificado para dejar constancia de la correcta recepción por parte del destinatario.

Si continúa el impago o no se recibe respuesta transcurrido un tiempo prudencial, conviene enviar un escrito más duro en el que se exija el pago antes de una fecha concreta. En este caso, es imprescindible mandar la carta a través de burofax para que quede constancia no solo la recepción sino también del contenido.

Notaría

Los notarios ofrecen varias formas de reclamar una factura impagada. La más tradicional es un requerimiento notarial de pago, en la que el acreedor notifica al deudor la existencia de la deuda impagada. El moroso dispone de 2 días para contestar al acta notarial y alegar los argumentos que considere oportunos para su defensa. Mediante este envío, el autónomo logra interrumpir la prescripción de la factura.

Otra de las posibilidades que ofrecen las notarías es el procedimiento monitorio notarial. En el caso de que el deudor no haga frente al pago, faculta al acreedor para interponer una demanda judicial ejecutiva y solicitar el embargo de los bienes de su cliente. Este proceso permite reducir el plazo para la apertura de la vía judicial.

Otras medidas

Una opción alternativa es acudir a las compañías especializadas en impagos, que permiten minimizar las pérdidas.

Pero si todo esto falla, siempre existe la la posibilidad de contratar a un abogado especialista para abrir un proceso judicial. Los profesionales jurídicos te aconsejarán el procedimiento más adecuado para reclamar la factura.

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