¿Qué son los bienes de inversión del autónomo?

Aunque son de uso cotidiano, puede ser que en ocasiones no tengamos claro qué es un bien de inversión y qué no lo es. Y es normal, ya que es la denominación más técnica de aquellos bienes que se utilizan de manera cotidiana y durante más de un año como un instrumento de trabajo. Es decir, son las herramientas con las que un profesional desempeña su labor diaria.

Así lo explica la Agencia Tributaria, que también resalta como característica imprescindible para ser considerado bien de inversión, que el valor del producto supere los 3005,06 euros. A partir de ese momento y si cumple con los requisitos antes mencionados, la adquisición de ese bien no se considera gasto, sino inversión, porque el valor del bien sigue siendo un activo para la empresa.

Ventajas fiscales en el IVA

A través de la declaración de estos bienes de inversión, podemos realizar una serie de desgravaciones que aliviarán los gastos de nuestro negocio. Para ello, es necesario que estos bienes figuren en los libros-registro de nuestra empresa. De esta forma podremos deducirnos hasta el 100% de ese bien durante el trimestre en el que hayamos realizado la compra si demostramos su uso exclusivo para nuestro negocio.

Si alguno de nuestros bienes lo utilizamos para uso privado también podremos deducirnos un porcentaje del IVA. Es lo que se conoce como afectación parcial. Según la ley del IVA, los bienes de inversión pueden ser objeto de afectación parcial a la actividad. Es decir, podemos disponer de un bien para nuestra oficina y a la vez darle un uso privado. Por ejemplo, si tenemos un vehículo particular que utilizamos para el trabajo podremos utilizarlo como bien de inversión. La ley del IVA presupone que la mitad de nuestro vehículo está dedicado a nuestro negocio. De esta forma podremos desgravar el 50% del IVA de las facturas de gasolina, aparcamiento, peajes, etc.

Ley IRPF

Al contrario que la ley del IVA, la normativa del IRPF exige que cualquier bien afecto a la actividad esté de forma exclusiva. La deducción del coste del bien en IRPF se hace de manera proporcional a su vida útil mediante la amortización.

La amortización es el tiempo transcurrido hasta que compensamos el dinero invertido en un bien. Desde el punto de vista fiscal, esto significa reducir la cantidad de dinero que ha costado nuestra inversión.

Por su parte, la Agencia Tributaria establece unas normas sobre cómo desgravar esos bienes durante el transcurso de los años, es decir, cómo podemos amortizarlos.

Tipos de regímenes

Régimen de Estimación Directa Normal

La amortización se rige directamente por las normas establecidas en el Impuesto de Sociedades, incluidas en el Capitulo I de la Ley. El precio del producto no será un requisito para saber si se debe o no amortizar la inversión.

Régimen de Estimación Directa Simplificada

Los porcentajes y plazos de amortización se pueden detallar en el siguiente cuadro:

Actividad Coeficiente (anual) Periodo (número de años)
Edificios y otras construcciones 3% Entre 33,33 y 68 años
Instalaciones, mobiliario y enseres 10% Entre 10 y 20
Maquinaria 12% Entre 8,33 Y 18
Elementos de transporte 16% Entre 6,25 Y 14
Sistemas de Información 26% Entre 3,85 Y 10
Útiles y herramientas 30% Entre 3,33 Y 8
Ganado vacuno, porcino y ovino 16% Entre 6,25 Y 14
Ganado equino, frutales no cítricos 8% Entre 12,5 Y 25
Frutales cítricos y viñedos 4% Entre 25 y 50
Olivar 2% Entre 50 y 100

Régimen de Estimación Objetiva

Tanto en Estimación Directa Simplificada como Estimación Objetivo, aunque un producto pueda ser considerado como bien de inversión, tendremos la posibilidad de elegir entre amortizarlo, o bien deducir esa inversión en el mismo ejercicio fiscal de la compra, considerando esa compra como un gasto. Así podremos elegir una forma u otra dependiendo de nuestras necesidades de liquidez.

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