Sucesión de la empresa familiar: riesgos, planificación y protocolos

Hay momentos críticos en nuestro desarrollo profesional, los negocios, en la vida de la empresas. Una de ellas es la sucesión de la empresa familiar, donde en muchos casos no hay una gestión profesional al 100%, donde hay un fuerte impacto emocional en estos procesos y que cuenta con estructuras más débiles.. Conviene que pensemos por un momento en los riesgos y problemas que implica, para poder afrontarlos por anticipado.

Cuando hablamos de sucesión de la empresa familiar lo hacemos en un sentido amplio. Estamos pensando en el supuesto de fallecimiento de los socios gestores de la misma, pero también del momento en que estos se retiran de la primera linea del negocio. Ante supuestos como los mencionados se ciernen una serie de nubarrones:

  • Vacios de poder o luchas por el mismo, ruptura de equilibrios entre socios, fraccionamiento del capital social que vuelva ingobernable la empresa, etc. Todo es incompatible con las necesidades de cualquier empresa, que no pude detenerse.
  • Falta de preparación de las nuevas generaciones para asumir la gestión: ¿estan formados?, ¿tienen experiencia interna y externa?, ¿tienen vocación?
  • Problemáticas fiscales relacionadas con la transmisión de las participaciones en vida (donaciones) o por fallecimiento (sucesión testamentaria). Afortunadamente las Administraciones son cada vez más conscientes de la necesidad de favorecer ese tránsito para conservar el tejido social empresarial.
  • Posibles desacoples entre la nueva estructura social de la empresa y las garantías financieras comprometidas por la empresa (pensemos en los avales del socio que se retira).

Podíamos seguir enumerando posibles escollos, pero es evidente que con estos más de uno debería pararse a pensar. La solución es preparar con tiempo un plan de sucesión de empresa que aborde todas esas facetas y algunas más.

Una parte importante de ese plan de sucesión, pero que va más allá del mismo, es el establecimiento de una suerte de protocolos familiares. Se trata de pactos sociales que adecuan la realidad de sociedades de capital como una SL a las características de una empresa familiar. Hemos de tener en cuenta que con la nueva reforma mercantil muchos pactos van a a quedar en papel mojado, siendo mucho mejor, y siempre y cuando lo admita el el Registro Mercantil, plasmar ese protocolo familiar a través de la adecuación de los estatutos.

Nunca es demasiado pronto para empezar a planificar esta sucesión de empresa, para lo que no viene mal contar con el mejor asesoramiento posible.

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