¿Miedo a ser autónomo? Conoce las ventajas e inconvenientes de ser autónomo

En estos momentos de incertidumbre laboral a muchas personas se les ha podido pasar por la cabeza la posibilidad de cambiarse al régimen autónomo. O simplemente, a cualquier persona que está en paro y no encuentre trabajo, ha podido barajar la idea de comenzar una actividad comercial, industrial o profesional en nombre propio. ¿Por qué no convertir el régimen de autónomo como una opción contra tu “propio paro”?

Primeramente, no te precipites al tomar una decisión de tal calibre, y evalúa con detenimiento los pros y contras de convertirse en autónomo. En líneas generales, salvo que se prevean cifras de facturación muy elevadas, lo más común es convertirse primero en un profesional autónomo. Más adelante, si el negocio va bien, en ocasiones es conveniente crear una sociedad limitada.

Ventajas de ser autónomo

Si tenemos en cuenta los trámites, es más rápido convertirse en autónomo que crear una sociedad, algo importante para la persona que necesite iniciar su actividad en un plazo corto de tiempo. Para comenzar a ser un “pequeño empresario” solo necesitas dos trámites: acudir a Hacienda para cumplimentar unos documentos donde se acredite el tipo de actividad y luego darse de alta en la Seguridad Social. En definitiva, darse de alta como autónomo no es complicado.

Si nos referimos a los costes, también hablamos de ventajas, ya que en el caso de darse de alta como autónomo no es necesario desembolsar ningún capital previo. Para contrastar, deciros que para convertirse en sociedad limitada, por ejemplo, es obligatorio optar con un capital precio de unos 3.000 euros.

Ser autónomo en definitiva es convertirse en tu propio jefe, por lo que podrás distribuir tu tiempo de trabajo como quieras, salvo en caso de autónomos que trabajen para una determinada empresa. Además las decisiones se podrán tomar con mayor agilidad, ya que recuerda: tú serás tu propio jefe.

Cotizaciones, IRPF, IVA… dolores de cabeza para el autónomo

El primer inconveniente de ser autónomo es que la responsabilidad es ilimitada, por lo tanto, no hay diferencia entre el patrimonio mercantil y personal. En el caso que esté caso en régimen de gananciales, el patrimonio del matrimonio también responde de las deudas que puedan derivarse de su actividad. Mejor no tener deudas, porque éstas pueden arrasar con todo…

El tema de los impuestos también es importante. La carga fiscal de los empresarios autónomos puede a llegar a ser mucho más elevada que las sociedades: Impuesto de Actividades Económicas (IAE), el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y declarar el impuesto sobre el valor Añadido (IVA).

En materia de desgravaciones, también hay importantes desventaja. El autónomo solo puede desgravarse el 50% de los gastos y del IVA. Para dejar bien destacada la desventaja, destacaros que una sociedad mercantil puede llegar a desgravar hasta un 100% de todo lo que esté relacionado con la actividad que se realice.

Y por último, hablaros de la financiación, hecho clave para iniciar un negocio. Sin embargo, es uno de los principales problemas con los que se encuentra un autónomo ya que para ellos adquirir un crédito les resulta mucho más difícil que a una sociedad.

Ser autónomo, ¿la tendencia del futuro?

Hace poco se han presentado los resultados de un estudio realizado por el proveedor de espacios de trabajo flexible Regus. Dicho estudio que ha contado con la participación de más de 13.000 empresa muestra que, a pesar de la crisis, el 61% de las empresas españolas pretende ampliar su número de trabajadores.

Pero, ¿de qué tipo de trabajadores hablamos? Según los resultados, prácticamente la mitad de las empresas encuestadas coinciden en la contratación de más personal autónomo (49%) y trabajadores remotos (48%), con el fin de aplicar un modelo de trabajo más flexible.

¿A los jóvenes les gustaría ser autónomos?

La mayoría de los jóvenes tienen clara la respuesta de esta pregunta, y puede que esta esté condicionada al miedo al fracaso. Pues según las conclusiones del Libro Blanco del Emprendedor en España, los jóvenes españoles prefieren la estabilidad (77%) y un ingreso fijo (70%) antes de crear su propia empresa.

Según el estudio, los jóvenes españoles no son emprendedores porque están “acomodados” y tienen un gran miedo al fracaso y al riesgo. ¿Y quién no tiene miedo al fracaso? Pues según las conclusiones del Libro Blanco del Emprendedor, esta iniciativa emprendedora sería menos “miedica” si se aprende y se potencia desde la escuela, para que estos puedan desarrollar competencias como autonomía, confianza y la toma de decisiones en entornos de riesgo.

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